La violencia en nuestro país (Colombia) no cesa, pareciera que nunca va a llegar el tan anhelado fin de todas estas décadas de torturas psicológicas que cada día atormentan más y más a la sociedad.
Quizá ninguna de las personas que vivimos en este país podemos dar cuenta de un solo momento en el que se haya vivido en paz, (o quizá sí pero serían muy contados) sin tener que temer por perder sus cosas materiales o hasta la propia vida.
En Colombia todos los días aumentan los índices de violencia (psicológica, física y verbal), en realidad el problema no es tanto eso, el verdadero inconveniente es que nosotros aun no estamos o no contamos con la capacidad de hacer valer nuestros derechos como seres humanos que somos, nos ha “quedado grande” unirnos, sentir amor por el prójimo, solidaridad por el otro para crear una barrera que no la sobre pase la violencia y sepamos de una vez por todas superar esta interminable crisis.
Hasta el momento han ocurrido innumerables hechos relacionados con la violencia (muerte); entre los más frecuentes podemos encontrar: masacres (en su mayoría por grupos armados ilegales), asesinatos (delincuencia común, grupos armados ilegales y violencia intrafamiliar) pero en realidad uno de los más repugnantes y atroces que puede cometer cualquier ser humanos con otro (que ni siquiera esta en la capacidad de defenderse) es el asesinato de un niño.
Antes de desarrollar el tema que más indignadas tiene a todas las personas en este momento (el asesinato de un niño de 11 meses en Chía) hablaremos brevemente de los dos primeros temas mencionados anteriormente. En primer lugar y para no ir muy lejos en el tema de las masacres podemos recordar brevemente lo ocurrido en Trujillo – Valle hace cerca de 20 años, en donde dieron muerte a 342 personas y se cree que entre los actores culpables están (el Gobierno y los grupos armados ilegales).
“La multiplicidad y diversidad de actores, y por consiguiente el abigarrado espectro de cálculos y estrategias de unos y otros, terminará por configurar en Trujillo un campo de tensiones y alianzas en el que se contraponen, para decirlo en términos de Albert Hirschman, <>.Trujillo una tragedia que no cesa. Ed. Planeta. Pág. 16
Y de la mano de ello está el asesinato por “culpa” de los grupos armados ilegales y de la violencia intrafamiliar. Creo que en realidad esto se puede denominar con una sola palabra: IRRESPETO, ¿por qué esta? Porque solamente una (s) persona (s) que no sabe (n) respetar la vida humana es capaz de cometer tales actos. Ahora bien los crímenes por parte de grupos al margen de la ley sin analizar demasiado el tema son los que cometen en muchas ocasiones con los mismos integrantes de sus grupos que por razones aun no argumentadas les dan muerte sin explicación alguna entre ellas es el caso de un niño de 10 años que murió mientras se presentaba un combate entre la guerrilla y el ejército como lo muestra el programa PRIMER IMPACTO (en su página de Internet) ocurrido no hace más de 2 años en Guayabetal. Y por el lado de la violencia al interior de las familias, podemos ver que tan sólo la semana pasada se presentó un caso en el municipio de Chía en donde el padre de un niño de solo 11 meses lo mandó a asesinar con la excusa de que le estaba interfiriendo con en la relación que tenía (por fuera del matrimonio) y además porque no quería responder económicamente por el niño.
Finalmente nos podemos dar cuenta que en Colombia el término violencia se ha vuelto del diario vivir de todas y cada una de las personas.
Quizá ninguna de las personas que vivimos en este país podemos dar cuenta de un solo momento en el que se haya vivido en paz, (o quizá sí pero serían muy contados) sin tener que temer por perder sus cosas materiales o hasta la propia vida.
En Colombia todos los días aumentan los índices de violencia (psicológica, física y verbal), en realidad el problema no es tanto eso, el verdadero inconveniente es que nosotros aun no estamos o no contamos con la capacidad de hacer valer nuestros derechos como seres humanos que somos, nos ha “quedado grande” unirnos, sentir amor por el prójimo, solidaridad por el otro para crear una barrera que no la sobre pase la violencia y sepamos de una vez por todas superar esta interminable crisis.
Hasta el momento han ocurrido innumerables hechos relacionados con la violencia (muerte); entre los más frecuentes podemos encontrar: masacres (en su mayoría por grupos armados ilegales), asesinatos (delincuencia común, grupos armados ilegales y violencia intrafamiliar) pero en realidad uno de los más repugnantes y atroces que puede cometer cualquier ser humanos con otro (que ni siquiera esta en la capacidad de defenderse) es el asesinato de un niño.
Antes de desarrollar el tema que más indignadas tiene a todas las personas en este momento (el asesinato de un niño de 11 meses en Chía) hablaremos brevemente de los dos primeros temas mencionados anteriormente. En primer lugar y para no ir muy lejos en el tema de las masacres podemos recordar brevemente lo ocurrido en Trujillo – Valle hace cerca de 20 años, en donde dieron muerte a 342 personas y se cree que entre los actores culpables están (el Gobierno y los grupos armados ilegales).
“La multiplicidad y diversidad de actores, y por consiguiente el abigarrado espectro de cálculos y estrategias de unos y otros, terminará por configurar en Trujillo un campo de tensiones y alianzas en el que se contraponen, para decirlo en términos de Albert Hirschman, <
Y de la mano de ello está el asesinato por “culpa” de los grupos armados ilegales y de la violencia intrafamiliar. Creo que en realidad esto se puede denominar con una sola palabra: IRRESPETO, ¿por qué esta? Porque solamente una (s) persona (s) que no sabe (n) respetar la vida humana es capaz de cometer tales actos. Ahora bien los crímenes por parte de grupos al margen de la ley sin analizar demasiado el tema son los que cometen en muchas ocasiones con los mismos integrantes de sus grupos que por razones aun no argumentadas les dan muerte sin explicación alguna entre ellas es el caso de un niño de 10 años que murió mientras se presentaba un combate entre la guerrilla y el ejército como lo muestra el programa PRIMER IMPACTO (en su página de Internet) ocurrido no hace más de 2 años en Guayabetal. Y por el lado de la violencia al interior de las familias, podemos ver que tan sólo la semana pasada se presentó un caso en el municipio de Chía en donde el padre de un niño de solo 11 meses lo mandó a asesinar con la excusa de que le estaba interfiriendo con en la relación que tenía (por fuera del matrimonio) y además porque no quería responder económicamente por el niño.
Finalmente nos podemos dar cuenta que en Colombia el término violencia se ha vuelto del diario vivir de todas y cada una de las personas.
“Colombia ha vivido no sólo una guerra de combates, sino también una guerra de masacres. Sin embargo, la respuesta de la sociedad no ha sido tanto el estupor o el rechazo, sino la rutinización y el olvido". Trujillo una tragedia que no cesa. Ed. Planeta. Pág. 13.